viernes, 13 de agosto de 2010

"El sol cae, la noche sube y a las doce horas el sol retorna"

Éste es un relato, escrito por causa de una tarea para la profesora de lengua, cual pedia que hicieramos un cuento en el que haya una especie de laberinto mental, en el que no se pueda salir, y ciertamente éste no tiene fin, por ello le nombré como el título lo expresa...

-¿Acaso tu piensas que lo sabes todo?, pues te diré algo que sí sé con certeza, todos lo sabemos...
Puedes creer en que aquel Dios, del que todos hablan, lo creó todo, o que son solo cuentos de hadas y la ciencia encuentra teorías más razonables. Piensas en que hay personas que conocen más, y otras menos. Reconoces a la lengua que hablas como algo indispensable. Decaes en la sociedad como uno más, y vives la vida a expensas de ellos. Mueres en soledad, pero vives para soslayarla.
Si lo piensas no encuentras racional ninguna idea, pero te es imposible concebir tal idea.
Lloras por la hecatombe, por la imposibilidad, por la vida eterna, sin importar saber de algo.
Compartiré contigo cuales saberes te serán precisos para responder a todas tus preguntas, las que te haces, te harás y las que no te harás.
Primero: cuando piensas en algo, esa idea es una conciliación de los datos obtenidos por los cinco sentidos junto con el instinto y el ácido desoxirribonucleico que contienen los núcleos de tus células.
Segundo: cada imagen que denotas por medio de la vista, es un acoplamiento de muchas de éstas, cual junto con los otros sentidos les da un sentido de orientación a tu cuerpo, tanto de área geográfica como mental.
Tercero: Insinúas no entender nada a la perfección realmente, pues no existe perfección, más si la palabra misma siquiera lo es, pues solo es el intento de la suma entre utopía y realidad.
Tercero bis: aquello que ahora ves, pero sabes que no descubres, aunque perfección no exista, es la simplicidad de su existencia en todos los aspectos, la respuesta de tu incertidumbre.
Cuarto: Cómo, cuándo, y qué vives, son las respuestas de tu ignorar respecto a tu forma de ser.
Quinto: Ninguno de las anteriores cuatro reglas son directamente correctas ni racionales con la forma en que puedes decidir ver el funcionamiento del cosmos, pero te da una idea de cómo, aunque efímera, te pueden hacer cambiar de pensar, con el mismo raciocinio que tomaron los sofistas en la época de Sócrates...
-En verdad me lo creí todo, fue como engullirme todo de un solo bocado. Pero pensándolo más claramente, ¿no tiene cierta razón acerca de lo que dice?.
-Ésa es tu misión, tu alegato es el único valiente para ti, y eliges tragarte colosal mentira, abismal verdad, o parcial realidad.
-Yo elijo, pero cómo puedo elegir si esta es una base de una filosofía, sería como cambiar totalmente mi personalidad, ¿cuál es tu estrategia para hacerme creer que ésta es mejor?
-No te mentiré. Todos, cada vez que hablamos, estamos queriendo introducir en la mente del otro, tanto directa como indirectamente, nuestras ideas. Ésta forma de pensar quizás nadie la haya aceptado, pero como lo pienso yo, el mensaje que nos trata de indicar es que no hay que inventar ni “rellenar aquellos huecos en los que sólo ignoramos lo que hay realmente, con material superfluo o irreal, si se quiere”. Sólo hay que aceptar el hecho de que no sabemos qué hay detrás del telón.

Para el que no llegó a comprenderlo, les digo brevemente, el maestro le dice de una forma de pensar que tiene sobre la forma de ver las cosas, pero al final de su discurso le dice que nada de lo que dijo es racional si se lo ve desde otra perspectiva, la cual puede serla (ser racional). El estudiante cavila sobre si realmente es racional tal anécdota y el maestro temina dándole la respuesta a ese laberinto (que lleva a otro) o código de la forma de vida, la cual dice que no hay que dar por sentado las cosas que no sabemos, que hay que aceptar cuando no sabemos algo.

1 comentario:

  1. Es realmente muy cierto. Asumir que no sabemos mucho de nada, pero tambien aceptar que cuando uno expone sus ideas , inconcientemente trata de influenciar al otro y contagiarlo con nuestros conceptos.
    Como me dijo un sabio amigo, la vida es un laberinto. Y admitir que estamos dentro de el, es el primer paso para tratar de encontar la salida. Muy buena tu entrada!

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