viernes, 23 de abril de 2010

"Error"

Muchos hablan de que todo en la tierra tiene su lado bueno y malo (en sí, el shing y shang), pero nunca he oído discutir si acaso esos "bien y mal" son sólo para describir lo que nos ayuda y lo que nos perjudica en la vida, o si esas acciones realmente son lo que pensamos, para la vida. ¿Existe el error?, si existe, cómo sabemos que no estamos errados al pensar que existe el error más allá del mismo error. Si no existe, entonces cómo uno explica que si alguien dice que las estrellas son rectangulares, no se encuentra erroneo en su creencia. ¿Es todo sólo una ilusión mental?, tú al igual que yo no sabemos, ni lo sabremos, por lo menos no juntos, alguno quizá sí pueda. Es como la pregunta de: ¿Qué es lo bueno y qué lo malo?, a la cual yo respondo diciendo que no existen más que en nuestras mentes, discirniendo entre qué nos conviene y qué no, para vivir con la mayor prolongación posible. Ojalá esté equivocado, porque creo que me equivoco al pensar que quizá me equivoque en no estar equivocado. Pero, quién me asegura que ese "creer" de equivocarme no es erróneo. ¿Todo empieza con un sí?. No, todo empieza con un: "Instinto y un cerebro". P/D: Dime tú, ¿es un error haber escrito este artículo?. Yo pienso que no, porque lo hace a uno pensar...

"Bicentenario argentino"

El 25 de mayo es la "fiesta", cuyo objetivo es mostrar, y al mismo tiempo conmemorar, lo que sucedió en estos 200 años que ya lleva Argentina. Ahora, lo que voy a exponer en seguida es el monologo que iba a dar en mi colegio, pero me percaté que mi profesora de historia (patriota a mucha honra) me pondría un 1 más grande que el monte Everest. Agradezco a Miguel Hernandez y a Serrat por ser tan crudos y literales.

-"A mi parecer, sin agreder a nadie, parece que las generaciones olvidaron lo que realmente es importante. Con el tiempo las generaciones pasan y se descubren cosas nuevas, pero los hombres siguen siendo los mismos. No nos hacemos más inteligentes por cada hijo que pasa. Y lo que sucedió aquí, es que nos olvidamos de algo que nosotros mismos nos dejamos, vivir en el presente. Claro, ellos nunca lo dijeron ni lo pensaron (que yo haya oído), pero lo demostraron haciéndolo. No pensaron en lo que sucedió en sus tierras pasadas, sino por la vida que tenían, por el querer vivir mejor, y por eso lucharon. Hoy sabemos lo mismo del tema que en ese entonces. Pero, ¿acaso ellos se detuvieron a descansar?, no pelearon para dejarnos algo, pero quedó implícito que nos lo dijeron. Darle un día a todos los días, sin dejar de contender innecesariamente. Miguel Hernandez, poeta Oriolano, escribió una poesía acerca de la vida como labrador de tierras, labor común en ese entonces. También cantada por el español Joan Manuel Serrat, se describe como: El niño Yuntero.
Carne de yugo, ha nacido más humillado que bello, con el cuello perseguido por el yugo para el cuello. Nace, como la herramienta a los golpes destinado, de una tierra descontenta y un insatisfecho arado. Entre estiércol puro y vivo de vacas, trae a la vida un alma color de olivo vieja y ya encallecida. Empieza a vivir, y empieza a morir de punta a punta, levantando la corteza de su madre con la yunta. Empieza a sentir, y siente la vida como una guerra, y a dar fatigosamente en los huesos de la tierra. Contar sus años no sabe y ya sabe que el sudor es una corona grave de sal para el labrador. Trabaja y mientras trabaja masculinamente serio, se unge de lluvias y se alhaja de carne de cementerio. A fuerza de golpes, fuerte, y a fuerza de sol, bruñido, con una ambición de muerte despedaza un pan reñido. Cada nuevo día es más raíz, menos criatura, que escucha bajo sus pies la voz de la sepultura. Y como raíz se hunde en la tierra lentamente, para que la tierra inunde de paz y panes su frente. Me duele este niño hambriento como una grandiosa espina, y su vivir ceniciento revuelve mi alma de encina. Lo veo arar los rastrojos, y devorar un mendrugo, y declarar con los ojos que por qué es carne de yugo. Me da su arado en el pecho, y su vida en la garganta y sufro viendo el barbecho tan grande bajo su planta. ¿Quién salvará a ese chiquillo menor que un grano de avena? ¿De dónde saldrá el martillo verdugo de esta cadena? Que salga del corazón de los hombres jornaleros, que antes de ser hombres son y han sido niños yunteros."
En resumen para el que no lo comprendió del todo o no lo quiere leer: "El hacer el 25 de mayo (tanto sea para Argentina como para el mundo entero, en sus días patrios) un feriado, entre otros, es un azuzamiento (estimulamiento) a la estupidez, y hacia la falta de filosofía que le damos a los pequeños".